por Andrea Benavídez
Poesía, me tienes harto de mordeduras de serpiente. Ahora recuerdo, cómo no, por qué había dejado de buscarte.
Las letras que esconde El cuervo han encendido mi vena y no me dejan en paz; me impulsan a recordarlo todo, nuevamente: tu plaza, mis caballos; todo lo que fuiste, en mis huesos, aún está presente.
Y mi lengua se desangra por torturado silencio que me obliga a no nombrarte. Ahora que tu amor ha pasado y nada te detiene ¡cuánto y cuánto permaneces! Tus ojos se han secado de llorarme y los míos se han vuelto ciegos de mirarme desesperado. Los espejos de la casa: los he roto todos para no verme buscarte. Los relojes, los muebles, todo he vuelto astilla para no recordarte.
No comprendí entonces tus dominios; sobre mi fibra íntima tuviste el privilegio; me atolondré las manos sin poder acariciarte. Nada de lo que hubo podido urgirme sufrió postergo. No hay sueño que te albergue sin maquillaje.
Ahora los clamores bajo la higuera no son escuchados por nadie. Ahora, el hueco en el que cabes está más desolado que nunca.
Por seguir tu paso he abandonado el mío; me he perdido del todo y ni siquiera puedo culparte. He caminado sobre los géneros mancillándolo todo. He abandonado la alta poesía para volverme un confesor epistolar de mi tragedia infinita.
No tenerte es lo menos importante; no saber quién eres ahora que no estás conmigo es lo que me induce al desquicio.
En las cuevas más antiguas me he escondido, intentando no buscarte, pero no he sabido contenerme en silencio. Todo el tiempo que he podido lo he hecho; hoy abandono las promesas que un día me hice.
Es noche cerrada dentro de la montaña que me crece por dentro. Mis garras se han secado de sed de tu piel. Ya no encuentro formas que sean menos dañinas. Veo el pájaro malicioso revolotear en círculo, esperando mi muerte.
No sabes, acaso, que un hombre enamorado se asemeja a un humano.
(Andrea Benavídez nació en 1976 en San Juan, Argentina, donde cursó la licenciatura en Filosofía en la Universidad Nacional de San Juan. En 2008 obtuvo un Máster en la Universidad de Murcia. Actualmente trabaja en la tesis para obtener el grado de Doctor en la Universidad de Alicante. Ha publicado durante 2010 y 2011 algunos cuentos en Destiempos.com.)
Las letras que esconde El cuervo han encendido mi vena y no me dejan en paz; me impulsan a recordarlo todo, nuevamente: tu plaza, mis caballos; todo lo que fuiste, en mis huesos, aún está presente.
Y mi lengua se desangra por torturado silencio que me obliga a no nombrarte. Ahora que tu amor ha pasado y nada te detiene ¡cuánto y cuánto permaneces! Tus ojos se han secado de llorarme y los míos se han vuelto ciegos de mirarme desesperado. Los espejos de la casa: los he roto todos para no verme buscarte. Los relojes, los muebles, todo he vuelto astilla para no recordarte.
No comprendí entonces tus dominios; sobre mi fibra íntima tuviste el privilegio; me atolondré las manos sin poder acariciarte. Nada de lo que hubo podido urgirme sufrió postergo. No hay sueño que te albergue sin maquillaje.
Ahora los clamores bajo la higuera no son escuchados por nadie. Ahora, el hueco en el que cabes está más desolado que nunca.
Por seguir tu paso he abandonado el mío; me he perdido del todo y ni siquiera puedo culparte. He caminado sobre los géneros mancillándolo todo. He abandonado la alta poesía para volverme un confesor epistolar de mi tragedia infinita.
No tenerte es lo menos importante; no saber quién eres ahora que no estás conmigo es lo que me induce al desquicio.
En las cuevas más antiguas me he escondido, intentando no buscarte, pero no he sabido contenerme en silencio. Todo el tiempo que he podido lo he hecho; hoy abandono las promesas que un día me hice.
Es noche cerrada dentro de la montaña que me crece por dentro. Mis garras se han secado de sed de tu piel. Ya no encuentro formas que sean menos dañinas. Veo el pájaro malicioso revolotear en círculo, esperando mi muerte.
No sabes, acaso, que un hombre enamorado se asemeja a un humano.
(Andrea Benavídez nació en 1976 en San Juan, Argentina, donde cursó la licenciatura en Filosofía en la Universidad Nacional de San Juan. En 2008 obtuvo un Máster en la Universidad de Murcia. Actualmente trabaja en la tesis para obtener el grado de Doctor en la Universidad de Alicante. Ha publicado durante 2010 y 2011 algunos cuentos en Destiempos.com.)
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