jueves, 2 de febrero de 2012
La maleta de Nuria
No es un libro, aunque lo parezca. Tampoco un diario, aunque hable el yo. Podría ser una trampa de cristal en forma de maleta con los apuntes de alguien que aprecia los enigmas y los descubrimientos y la libertad. Alguien que se desdobla y multiplica cuando escribe. Una trampa de cristal donde entra la luz y se deposita la sombra, un enjambre. No se trata, creo, del rescate de una identidad al modo de la escritura de las diásporas, sino de la insistente voluntad de apalabrar el devenir mediante la vivencia alerta de los lugares comunes: la casa, los zapatos, la cama, la ciudad, el sueño. Más que el manifiesto de una nómada, más que la fijeza de una encrucijada, más que la propuesta de un itinerario, incorpora una escritura atenta a lo que “sucede cuando uno no está presente”. El mundo portátil deja de ser personal –nunca es confesional–; se entrega, se deshace al momento de escribirlo. Y en sus mejores momentos, alcanza la profundidad del asombro y esa rapidez con exactitud que Calvino le profetizo a nuestro milenio: un movimiento sin pausa, un “recorrido fulmíneo de los circuitos mentales que capturan y vinculan puntos alejados en el espacio y el tiempo”.
Sin el permiso de la autora, copio este relato breve, uno de sus contenidos:
“Una familia pide comida a domicilio y se reúne delante del televisor para ver un especial que se transmite cada año. Durante ciento veinte minutos, como cada año, todos olvidan que una infinitud de palabras se interpone entre ellos, y que el simple transcurso de una realidad oculta, que ninguno es capaz de desvelar, amenaza con separarlos definitivamente. Durante un rato que les sabe eterno, y cuyo sabor olvidarán en breve, esa realidad se apaga y la magia de una verdad simulada toma protagonismo. La pantalla dice todo lo que ellos no saben decir y las paredes que los rodean, impregnadas de evidencia, serán el único testigo de la soledad que, finalizada la emisión, se arraigará de nuevo en su interior.”
Nuria Clavé, Contenidos errantes. México DF: Libros Magenta, 2011.
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