domingo, 12 de abril de 2020

12 de abril (el paseo)




William Morris pensó alguna vez (dicen) que las imágenes de plantas pintadas “deben aspirar hacia espacios más allá de la pintura o de la tela”. Querer ser fuera de sus bordes, más allá de sí. 

Comenta A. S. Byatt que las plantas artificiales de los tapices de Morris suman pétalos según la espiral de Fibonacci; 1,1,2,3,5…, Luis Othoniel Rosa quizás aprecie el detalle. Así que hoy salí de paseo con un juego en mente. Por ejemplo, qué ocurre entre las florecitas amarillas y el mundo del musgo en la roca; o entre las manos desaparecidas que años atrás sembraron el viejo eucalipto del camino y el perfume que llena el aire bajo su sombra. 




Ya fuera del terreno, en la carretera, otra flor amarilla quizás se comunique y entienda con la pequeñísima que florece brevemente junto al musgo casi eterno. 



Y luego el rincón de un solar pequeño, donde han nacido, crecido y caído árboles y arbustos. Nada se pierde. El árbol viejo se descompone entre sus sobrevivientes.



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