sábado, 29 de noviembre de 2008

Bloody Friday


Go shopping, he said. Its patriotic.
Los mercados se parecen a los prostíbulos. Compras los cuerpos del trabajo con unas monedas que no valen nada. Eres soldado de infantería. Las bolsas bajan, Michigan se muere. A comprar o muerte. El viernes negro se libra la batalla decisiva. Los accionistas de Wall Street observan tus despliegues de furia y patriotismo.(Los accionistas de Mumbai libran otra guerra). Esperas desde la noche antes a que abran las puertas de la tienda. Los juegos electrónicos, los televisores plasma, todo lo que no necesitas está en remate y al alcance de la mano. La masa se impacienta, la masa es más que tú, la masa te empuja. Cuando el muchacho sonriente abre las puertas lo aplastas con la caballería pesada de tus sueños.
Así murió Jdimytai Damour, empleado de Walmart, en Valley Stream, Nueva York, el viernes 28 de noviembre de 2008, haciéndole frente a un ejército de patriotas. ¿Quién es el héroe de esta guerra?

1 comentario:

Miranda Merced dijo...

Creo que todos sabíamos que era una cuestión de tiempo, pero pensé que iba a ser un niñito mal cuidado por una madre irresponsable que lo lleva con ella al amanecer, a la fila, a la masacre. Porque año tras año podemos observarlo. Hombres, mujeres, niños; todos en esa ola que deja de ser humana. ¿Por economizarse unos pesos? La mayoría de las veces lo que buscan, ni siquiera les hacía falta. Siempre pensé que ese llamado del comercio debería ser ilegal, a menos que las tiendas tomen las provisiones necesarias para evitar un motín: algún sistema o procedimiento anunciado con anterioridad, para que la gente vaya preparado a seguirlo, una seguridad bien visible y efectiva (primero afuera y luego adentro de la tienda). Sin ser “viernes negro” vi una pelea entre dos mujeres adultas, dentro de Walmart el mes pasado. Todo frente a sus respectivos niños, que lloraban, nerviosos, ante la violencia. Una parecía “cafre”, la otra se convirtió en el momento. A veces pienso que nos falta tan poco para que los animales se ofendan de que nos comparen con ellos. Tiene que ser la ausencia de Algo. Algo que nos hacía superiores y de lo cual ahora carecemos.

Primeros párrafos

Recuerdo cuando recibí el envío de mi sobrina. Leí su letra en una nota breve: quizás me interesaría conservar aquellas cartas. No pensé en ...