
Desde hoy es también la fruta de María Zambrano, la filósofa que tenía fama de “mujer difícil”. Según el maligno y siempre vivo Francisco Ayala, María tenía unas piernas “muy bonitas” y maltrataba a José Lezama Lima, el ídolo de las ménades habaneras. Lezama Lima la adoraba.
María Zambrano escribió sobre la visión del corazón:
“Al lado de la metáfora de la luz intelectual ha vivido otra de destino bien diferente: su continuidad no parece haberse mantenido, de tal manera que hemos de echar mano de otra metáfora: la del río cuyas aguas se esconden, absorbidas por el tiempo, para reaparecer… El paso del tiempo parece encubrir muchas cosas que han muerto y que prosiguen su vida secretamente, casi clandestinamente… Una de esas metáforas, nada actual, se refiere a cierta forma de vida y conocimiento. Se trata de una metáfora en que la luz juega un papel importante, la luz y la visión, pero referidas a otro órgano distinto del pensamiento, a ese olvidado, relegado al folklore: el corazón.”
En latín es Annona reticulata. La familia de las anonáceas es anonadante, es decir, sorprendente. La piel del corazón sugiere la retícula de una ciudad ideal. Sus semillas son oscuras y lustrosas como… piedras de río. Aunque debería tener la pulpa roja tiene entrañas de algodón de azúcar. Además de ser la fruta de María Zambrano a mi abuela le encantaba.
La fruta de la foto no es un corazón, pero pertenece a la familia de las anonadantes.
2 comentarios:
las chirimoya y no las guayabas debieron ser la fruta del paraíso taíno. la primera vez que la probé la llamaron anona. no pensé que estuviera tan cerca del nobre científico.
mara
marta, upsss. estaba conectada a la otra cuenta de gmail. namasté, m.
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