sábado, 25 de agosto de 2012

Erótica decimonónica


Abelardo Morales Ferrer (1864-1894) nació en Caguas, estudió en Barcelona, murió en Suiza. Fue médico, tuberculoso, joven, escritor brillante. Publicó una novela, compiló una bibliografía de libros puertorriqueños y escribió “Las ligas de Carmen”, un cuento erótico sentimental con vistas de la ciudad, la pobreza prostituida y una escena de alcoba:
“Se levantó cautelosa, y yo la seguí hasta la alcoba. Al tiempo de entrar me dijo:

– ¿No abusarás, eh…?
–No, no abusaré–repliqué candorosamente.

En el fondo, el lecho vestido con pobreza se perdía en una semioscuridad tentadora. Carmen se sentó en el borde y yo a su lado, absorbiendo los perfumes irritantes de su cuerpo, fui alzando poco a poco el túnico, las enaguas, y después la camisa que por lo corta apenas tapaba las rodillas. Las piernas mórbidas e irreprochables surgieron de aquella confusión de telas blancas. Yo estiré con mano insegura las medias por encima de las rodillas y, abrazando el muslo, coloqué las ligas que resaltaban sobre el fondo oscuro como dos anillos de plata.
–¿Ya está? –me dijo ella temblorosamente.

–Sí, ya está, ya ves que no he abusado.
Carmen me miró con fijeza y, saltando del lecho, se dirigió hacia el comedor.  Yo la seguí de nuevo, sin desplegar los labios.”

El Buscapié, San Juan, Puerto Rico, 10 de mayo de 1891.
 
 

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