Para
Richard Rosa
Los varones bostonianos de buenas
familias y rentas modestas se formaban como abogados, contables, médicos o
ingenieros. Los varones bostonianos de buenas familias herederos de grandes
capitales no tenían la obligación de llevar libros de contabilidad ni expedientes
legales. La idea de la buena familia como refugio del varón bostoniano
abrumado por el turbulento mundo de los negocios es de Henry James. O quizás
no, pero la leí en un libro suyo.
Francis Dumaresq se graduó de
abogado en 1875. Es poco lo que sobre él se divulga en el primer informe de su grupo de ex alumnos de la Universidad de Harvard. “Spent some time abroad after graduation; engaged in mercantile
pursuits at present in Boston.” Otros condiscípulos ya se habían distinguido más que Francis, entre ellos Jesse Walter Fewkes. Doctorado en 1877, Fewkes estudió zoología en Leipzig, y
fue aprendiz de investigador de campo bajo la dirección de Alexander Agassiz en
Cayo Hueso y las Bermudas. Formó parte del conjunto de estudiosos que arribaron
a la isla poco tiempo después de las tropas invasoras. En 1907 publicó un
estudio fundacional: Aborigines of Porto Rico and Neighboring Islands.
En los primeros informes de la clase
de 1875, las necrologías de los estudiantes prematuramente fallecidos ofrecen
más detalles que las noticias de los vivos comunes. El anuario los embalsama en
un compás de juventud eterna, diezmados en la flor de la edad por enfermedades pavorosamente
contagiosas: pleuresía, tuberculosis, fiebre gástrica.
En algún informe se comparan los
jóvenes de la clase de Dumaresq con alumnos de otras clases, no ya por sus
ejecutorias académicas sino a partir de rasgos antropométricos: las estaturas – la altura promedio 5 pies y 7.6 pulgadas; el alumno más bajo medía 5.2,
el más alto 6.327– las magnitudes de bíceps y tórax. No hay marcadas
diferencias entre los indicadores corporales de la clase de 1875 y las cifras
de clases de años anteriores.
Dumaresq obtuvo un segundo premio en
oratoria. A sus datos se suma una dirección postal: al cuidado de Mr. Henry W.
Nelson, City Exchange, Boston.
En 1905 se publicó el octavo informe
de la clase. Al fin, valga la redundancia, la vida de Dumaresq se cuenta en sus páginas con
los pormenores propios del género necrológico:
"Hijo del capitán Phillip y de Margaretta (De
Blois) Dumaresq, nació en Roxbury, Mass., el 19 de julio de 1854.
Se
preparó para su ingreso en Harvard
en la escuela latina de Boston. Después de la graduación y un viaje al
extranjero, se hizo hombre de negocios en Boston, siendo al momento de su
muerte un miembro de la firma de DeFord & Co. La empresa comercializaba azúcar sin refinar. Cuando Puerto Rico se adhirió (sic) a los Estados Unidos,
la firma estableció una gran plantación y una central (Aguirre) para extraer
el azúcar de la caña cultivada en la plantación y en terrenos
circundantes. También estableció oficinas bancarias en San Juan y Ponce, y fue
nombrada Agente Fiscal del Gobierno de Estados Unidos en la isla.
Quebrantada su salud, Dumaresq se sometió a
una operación quirúrgica en octubre de 1901. La operación como tal tuvo éxito,
pero no dio con las causas de su enfermedad. Debilitado, aunque sin experimentar grandes
sufrimientos físicos, murió en Brookline, Massachusetts, el 23 de febrero de
1902. En 1905 se instaló un vitral en su memoria en el presbiterio de la Iglesia Episcopal en San Juan, Puerto Rico, costeado por sus compañeros de clase
y otros amigos.”
(Brevísimo pasaje de la novela que
escribo sobre la PR 3 y la central Aguirre.)
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