miércoles, 9 de julio de 2008
Una pizca de sal
“Cada segundo nos aleja como si fuéramos dos barcos que viajan despacio, en direcciones opuestas. El tiempo se estira cuando queda poco”, dijo una semana antes de morir. Lloré, le eché a culpa a los polvos del Sahara. Mi cuerpo sano no intuía la atrocidad del dolor: entre el llanto y la pérdida cabe el universo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Primeros párrafos
Recuerdo cuando recibí el envío de mi sobrina. Leí su letra en una nota breve: quizás me interesaría conservar aquellas cartas. No pensé en ...
-
En la primera época del Canal 6, entre la una y las cuatro de la tarde, transmitían películas hollywoodenses de los años cuarenta. Jack Dela...
-
Colección de arena reúne los relatos que Marta Ortiz ha escrito después de El vuelo de la noche , un libro premiado por la Biena...
-
para Lizette Cabrera Salcedo La invasión y apropiación de un territorio exótico, que además traía el estigma de barbarie ligado a...
No hay comentarios:
Publicar un comentario